Hace ya más de cinco años conocí a Lichi, mi Maestro de Reiki, una persona muy jovial y agradable. Recuerdo que cuando me comentó que practicaba un sistema espiritual de sanación, el Reiki, que básicamente era canalizar energía a tavés de las manos, para equilibrarse, emocional, mental y fìsicamente, al mismo tiempo que me animaba a pasar el primer nivel, la primera iniciación para abrir los canales y poder dar Reiki, pense: "se nota que es una persona muy buena y tambien bastante inocente". Como que poner las manos en determinados lugares del cuerpo canalizando energía, y que esto produzca grandes beneficios, no me parecía muy real. Hasta que un dìa una de mis hermanas, llegó al lugar donde el tenía su consulta, con los ojos llorosos y bastante triste, porque había peleado con un su novio, al verla Lichi le ofreció darle Reiki unos veinte minutos. Cuando la ví aparecer delante mio, luego de ese tiempo, su rostro era diferente, estaba tranquila, había paz en su expresión, entonces ella me dijo algo que nunca olvidare: "No sé como funciona pero funciona, mis emociones y hasta mis pensamientos negativos fueron desapareciendo, mientras recibía la energía" y completo "te anoté para la proxima iniciación que dará Lichi y vas porque funciona".
Gracias a ello, me inicié en Reiki Nivel I, y continúe con mi formación hasta llegar a ser Maestra Reiki, debo admitir que me ví muy felizmente sorprendida con todo los benficios de este sistema espiritual de sanación.
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